Un fenomeno, supuestamente cultural, es protagonista persistente del actual mundial de futbol. Su zumbido atronador, envuelve los estadios como si milllones de abejas se apoderan de ese espacio. Ese sonido monocorde, irritante, se propaga por las radios y los televisores invadiendo tambien nuestros hogares. Son las famosas y molestas vuvuzelas. Han eliminado de las canchas los canticos tribuneros, los aplausos, los insultos, la ola, han eliminado la diversidad sonora y, en definitiva la participación del público. Todo queda tapado por ese único sonido. Es inútil que los jugadores intenten hablarse entre ellos, nadie se puede escuchar ni aún a los gritos. Siempre ese ruido de fondo,ensordecedor y prepotente.
Esa molestia sonora que me provoca la vuvuzela,es la misma que evidencio ante cada discurso o declaración que el gobernador Das Neves realiza en cada aparición en actos públicos o declaraciones a la prensa. Siempre dá la impresión de estar irritado, molesto, confrontativo, monotemático, monocorde.
Como las vuvuzelas eliminó tambien la diversidad, de ahí que todo su círculo áulico repita también monocordemente el discurso del Jefe.
En el principio de su gestión pensé que ese perfíl no duraría demasiado, que era propia de un juego pertinente a la política, la de castigar al adversario derrotado, en ese momento el radicalismo, para legitimarse y legitimar acciones de gobierno. Pero no, promediando el segundo año de su segundo mandato, la vuvuzela, perdón, el discurso, no ha variado. Varían, a veces, los destinatarios de ese sonido, en algún momento fueron los maestros, también lo fueron los policías, los jueces, los sindicalistas, los periodistas, los legisladores, y sigue la lista.
A partir de su aventura presidencialista, el discurso buscó y encontró otros destinatarios, así fueron aturdidos con el vuvucélico sonido, Solá, De Narvaez, Reutemann, Macri, Duhalde, y todo aquel que eventualmente pudiera ser un adversario en ese objetivo presidencial. Después vinieron las contramarchas, lógicas en este caso, porque los nombrados son calificados vuvucelistas. Por eso las fotos y elogios con aquellos supuestos contendientes. Esas contradiciones son inherentes, forman parte del discurso.
La vuvuzela hace rato viene sonando en los oídos del gobierno nacional, de Néstor y de Cristina Kirchner. Ahí la vuvuzela dasnevista es una más dentro del formidable poder vuvucélico de los multimedios enfrentados al gobierno. A veces le dejan hacer algún solo vuvucélico en alguna mesa de una reconocida vuvucelista de los mediodía. Otras veces ejecuta el monocorde instrumento en los monocordes programas de uno de los vuvucelistas gordos, este es Joaquin Morales Solá. El discurso siempre es el mismo ahí, no se admiten disonancias, para formar parte de esa orquesta vuvucélica hay que ejecutar la partitura escrita por el capo director, este es Héctor Magnetto.
Mientras miro de reojo un aburrido partido del mundial y escucho de fondo a las vuvuzelas decido terminar esta nota. Voy a apagar la tele, no banco mas las vuvuzelas.
PD. La tecnología ha inventado un software para eliminar ese ruido irritante y molesto de manera que no se escuchen en los televisores y computadoras . Me pregunto si la sociedad podra encontrar algún remedio para tan vuvucélicos discursos. Será la Ley de Medios el antídoto?
Esa molestia sonora que me provoca la vuvuzela,es la misma que evidencio ante cada discurso o declaración que el gobernador Das Neves realiza en cada aparición en actos públicos o declaraciones a la prensa. Siempre dá la impresión de estar irritado, molesto, confrontativo, monotemático, monocorde.
Como las vuvuzelas eliminó tambien la diversidad, de ahí que todo su círculo áulico repita también monocordemente el discurso del Jefe.
En el principio de su gestión pensé que ese perfíl no duraría demasiado, que era propia de un juego pertinente a la política, la de castigar al adversario derrotado, en ese momento el radicalismo, para legitimarse y legitimar acciones de gobierno. Pero no, promediando el segundo año de su segundo mandato, la vuvuzela, perdón, el discurso, no ha variado. Varían, a veces, los destinatarios de ese sonido, en algún momento fueron los maestros, también lo fueron los policías, los jueces, los sindicalistas, los periodistas, los legisladores, y sigue la lista.
A partir de su aventura presidencialista, el discurso buscó y encontró otros destinatarios, así fueron aturdidos con el vuvucélico sonido, Solá, De Narvaez, Reutemann, Macri, Duhalde, y todo aquel que eventualmente pudiera ser un adversario en ese objetivo presidencial. Después vinieron las contramarchas, lógicas en este caso, porque los nombrados son calificados vuvucelistas. Por eso las fotos y elogios con aquellos supuestos contendientes. Esas contradiciones son inherentes, forman parte del discurso.
La vuvuzela hace rato viene sonando en los oídos del gobierno nacional, de Néstor y de Cristina Kirchner. Ahí la vuvuzela dasnevista es una más dentro del formidable poder vuvucélico de los multimedios enfrentados al gobierno. A veces le dejan hacer algún solo vuvucélico en alguna mesa de una reconocida vuvucelista de los mediodía. Otras veces ejecuta el monocorde instrumento en los monocordes programas de uno de los vuvucelistas gordos, este es Joaquin Morales Solá. El discurso siempre es el mismo ahí, no se admiten disonancias, para formar parte de esa orquesta vuvucélica hay que ejecutar la partitura escrita por el capo director, este es Héctor Magnetto.
Mientras miro de reojo un aburrido partido del mundial y escucho de fondo a las vuvuzelas decido terminar esta nota. Voy a apagar la tele, no banco mas las vuvuzelas.
PD. La tecnología ha inventado un software para eliminar ese ruido irritante y molesto de manera que no se escuchen en los televisores y computadoras . Me pregunto si la sociedad podra encontrar algún remedio para tan vuvucélicos discursos. Será la Ley de Medios el antídoto?
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