lunes, 29 de noviembre de 2010

LA VOLUNTAD

LA VOLUNTAD

Y de pronto sucedió. Miles de jóvenes aparecieron, se hicieron visibles, emergieron del subsuelo de la patria como una nueva sublevación. Retomando banderas que estaban descoloridas y abandonadas, pero que en sus manos se muestran nuevamente renovadas y vigorosas. Para sorpresa de los viejos y anquilosados factores de poder aparecieron sin pedir permiso y comenzaron a discutir y a participar en la vida política del país. Esa juventud que es estigmatizada desde los medios como descreída, consumista, mas proclive a consumir paco y alcohol que a pensar en términos de sociedad, de justicia, de solidaridad, de liberación nacional. En uno de sus últimos discursos el entrañable Néstor alentó a “que florezcan mil flores”, y en el extenso campo de la patria han comenzado a germinar, en movimientos sociales, en juventudes partidarias y sindicales, en movimientos estudiantiles y en muchas otras formas de participación política. Porque mal que les pese a los sectores del poder dominante, todas son formas de participación política. Esa palabra, que les duele porque significa poner en discusión y cuestionamiento su poder, había sido sacrificada en el altar del neoliberalismo y de su dios: el mercado. Desde el 2003 y con la llegada del compañero Néstor Kirchner se la rescató y recobró su potencialidad como herramienta de transformación social en función de los intereses populares. Oleadas de jóvenes se sintieron convocados por distintos temas que el gobierno puso en la agenda, temas que tienen que ver con darle sentido a una democracia que hasta ese momento se agotaba en la formalidad del voto. Una democracia que para los peronistas solo tiene sentido si la misma se basa en la justicia social.

La mítica juventud peronista ha vuelto, ahí están las distintas agrupaciones que se reconocen en el peronismo, herederas de aquella de los 70, pero dispuestas a no repetir errores trágicos que llevaron a la derrota del campo popular.

Ahora vendrá el tiempo de organizar tanta energía, de convertir lo potencial en acto, y de poder ir construyendo una relación de fuerza que permita a los sectores populares, y a este gobierno que los representa, enfrentar los desafíos del futuro. Desafíos que significan la profundización de este modelo nacional y popular, que está en la senda de las mejores tradiciones peronistas, y que debe avanzar en la transformación de las estructuras sociales y económicas que reproducen la injusticia y la desigualdad.

La primavera ha vuelto a nuestra patria, en flores multicolores. La dictadura y sus cómplices civiles segaron miles de ellas, como los romanos araron y tiraron sal sobre esos campos, pensando tal vez, que nunca más volverían a florecer. Sin embargo están otra vez, obstinadas y rebeldes, rozagantes de vida y voluntad. Alguien lo sentenció alguna vez: Podrán cortar todas las flores pero no podrán detener la primavera.